sábado, 6 de junio de 2015

Reseña Anime: Death Parade


  
Madre de Dios… que acabo de recordar la existencia de este blog. Han pasado dos meses desde mi última entrada y los motivos de estar tan desconectado ya no solo en el asunto de escribir, sino de también pasarme a comentarles a una gran cantidad de autores que actualmente sigo.

No es mentira cuando les digo que el tiempo no sólo me sabía escaso… sinceramente había momentos en los que necesitaba días de 36 horas para más o menos solapar la cantidad de proyectos con las horas de estudio requeridas para salir vivo de los exámenes y por poco no estaría contándoles esto con la certeza de tener todo el semestre a salvo.


Pero durante los siguientes días me pondré muchísimo más atento con ustedes, pues decirles que ni siquiera podía parar a leer aunque fuera una de sus entradas es toda la verdad. Total, que hemos regresado y con unas ganas tremendas de devorar cuanta obra se nos ponga enfrente, tanto así que, aunque parezca increíble, tengo ya visualizando algunas series que en la lista tenía con la etiqueta de “la veré cuando termine con mis otros pendientes”; ya, suena bastante estúpido pero esto viene significando que pasé de ver 2 o 3 capítulos a la semana a terminarme varias series en el mismo transcurso de tiempo y en verdad… después de tanto anhelaba aunque fuera algunas semanas de pulular por la vida sin preocuparme de tantísimos asuntos.

Death Parade es la última serie que estaba por ser reseñada y claro, desde hace meses la tengo terminada. Soy de los que evitan en lo máximo dejar pasar tiempo entre el visionado y la crítica pues a pesar de, según consideraciones mías, tener una memoria mínimamente decente muchas de las maquinaciones que al final se ven plasmadas en los textos son pensadas mientras transcurren el video en la pantalla y obvio, con el pasar de los días dejo de tener las ideas frescas hasta de plano olvidar una buena parte.




Así que igual y esta reseña no tiene la profundidad, extensión y cuidado que usualmente estaba manejando con anterioridad inmediata… digo, tampoco voy a ponerme exquisito y soy el primero en admitir que todas las anteriores tienen un gran rango de mejora… pero ya saben, tratamos de mejorar de forma consistente aunque a una velocidad lenta. Otra cosa, el texto no lo estoy sacando así por mero compromiso u obligación, la serie me ha gustado mucho y lo poco o mucho que esté por escribir sobre Death Parade es para recomendarla y destacar sus puntos fuertes, por más general que sea la descripción, así que venga, empecemos de una jodida vez.

Death Parade es la secuela de un OVA llamado Death Billiards la cual sirve de preámbulo dejándonos muy claro la primicia de la serie. Un bar que se encuentra entre en el inframundo, que hace la función de purgatorio donde todas las almas que llegan son juzgadas en base a los resultados obtenidos en pruebas variadas y mandadas al abismo o son reencarnadas. Esto no lo saben los confusos incautos que por diversas, a veces desafortunadas, razones llegan para ser juzgados sin tan siquiera saberlo por el encargado del bar, un sujeto de misteriosa y elegante apariencia llamado Decim.

Este…no, a día de hoy sigo sin ver la OVA original y no fue hasta tiempo después de haber terminado los 12 capítulos de la serie regular que me enteré de su existencia, pero por la sinopsis y los comentarios vertidos sobre ella me doy una pequeña idea de que, efectivamente, comparten muchas características… como usualmente lo hacen los capítulos piloto.


Bueno. Death Parade es producida por Madhouse, casa animadora que en el transcurso de la semana seguirá teniendo series reseñadas, pero la cosa no empieza y termina por designios de este estudio, de hecho la historia detrás de tanto este anime como Death Billiards tiene su punto curioso. El ministerio de cultura japonesa tiene un programa, en el cual se impulsa la creación de anime y funciona también como escaparate para que los talentos jóvenes se den a conocer en toda la nación, además de que muchos de los proyectos actuales son financiados por empresas extranjeras y por trágico que suene esto se traduce como una reducción en las oportunidades de alimentar la producción de anime dentro de Japón…si, me cuesta creerlo. Este proyecto se llama “Anime Mirai” y desde hace algunos años se viene realizando, generando no poca expectación.

La edición de “Anime Mirai” del 2013 presentó 4 interesantes proyectos, destacando sobre los otros la creación de Madhouse llevada a cabo por un grupo joven comandado por Yuzuru Tachikawa -que ya ha hecho migas en Bleach y Kill La Kill- y llevándose gran parte de las miradas junto a la OVA titulada “Little Witch Academia”, trabajo de Trigger que pinta de verdad muy bien y para muestra les dejo el tráiler, neta se ve bien pinches vergas:



Tiempo después se confirma el paso de Death Billiards a la actual Death Parade y la de humor negro cargadito de drama y misterio nos daba la bienvenida con uno de las secuencias de apertura más… más…joder, véanlo:


 

Desde los primeros segundos con la imagen de todo el personal en pose digna de anuario escolar de bachillerato, pasando a mostrar escenas chidas del bar y de gente que realmente disfruta hacer su trabajo mientras baila cancán y una puta plataforma emerge del piso elevándose decenas de metros como en cualquier  concierto de Juan Gabriel… vamos todo es felicidad, alegría, buena vibra, amor y como súmmum de esta algarabía el elenco se despide meciéndose en cadenas de cristal (¿?) por los aires alrededor de una columna cual voladores de papantla

Joder, en verdad me emociono muchísimo con esto, volvamos a recuperar las formas.

Este primer vistazo resulta deliciosamente sarcástico y mucha gente que empezó el anime buscando un solemne festival evocando la elegancia y noches bohemias debió de quedar como todo un poema al término del primer capítulo y darse cuenta que distaba mucho de ofrecer una fiesta y dejando claro a todos aquellos que decidan verse Death Parade que van a presenciar lo peor de las personas.


Para este punto las cosas deben de estar un poco más claras en cuanto a que va esta serie, ¿El tema principal? La muerte y el peso del juicio para definir de forma categórica si el alma de las personas merece una segunda oportunidad o se pierde en el abismo. Cada capítulo nos muestra dos vertientes del universo donde se desarrolla los acontecimientos, por un lado tenemos las historias auto conclusivas de todos y cada uno de los juzgados y por el otro nos encontramos el desarrollo de los personajes principales y algunos secundarios; hasta aquí todo bien.

En el primer episodio se muestran a los protagonistas absolutos: Decim que es el encargado del bar donde acontecen los juicios, siendo también el árbitro que decide quien reencarna o desaparece en el vacío y a Kurokami, una mujer que ignora el cómo llego al inframundo y es asignada como ayudante de Decim… caso inédito pues los encargados de todo este rollo no pueden ser humanos por que estos tienen sentimientos y pueden ser influenciados por las almas que están siendo juzgadas.

Al pasar el tiempo más personajes van añadiéndose al elenco, todos encargados de manejar las almas, con ellos vienen cuestionamientos muy interesantes que marcarán la serie. Todos los árbitros y gerentes son creados desde cero por una entidad superior con el único propósito de dictar sentencia, a efectos prácticos Decim y compañía son meras marionetas que tiene prohibido generar sentimientos y emociones… pero… ¿Realmente es un método infalible 100% certero? Y ¿Es posible juzgar partiendo de la base de jamás conocer y sentir lo que significa ser humano? Bueno pues estas interrogantes y más son tratadas desde varios puntos de vista, me niego a seguir contarles de forma minuciosa  pues estaría sangrándoles mucho jugo.

 

Los diferentes juicios que episodio tras episodio acontecen son muy interesantes y detrás de tanto dramatismo se esconden momentos muy reflexivos sobre el actuar de las personas, destacando ante todo las facetas reprochables y negativas que a lo largo de la vida llegan a dominar. La apatía, desconfianza, infidelidad, venganza, egoísmo, desilusión, el engaño… de verdad, algunos episodios son una completa cascada de sentimientos y mientras el final se acerca para las almas en pugna podemos ver los fuertes cambios que sufren, este anime es de los pocos en donde…joder, he podido sentir pena por los personajes que en ocasiones rozan el patetismo más vergonzoso, perdiendo todo rastro de cordura todo sea para intentar salvar la vida que ya han perdido y ,sin saberlo, no podrán jamás recuperar.

 
La cosa seria acontece durante los juegos que Decim utiliza para juzgar, dardos, boliche, hockey de mesa e inclusive una máquina Arcade es capaz de sacar lo mejor y peor de las personas pues las reglas dictan que solo después de jugar y dictaminar a los ganadores y perdedores podrán abandonar el bar.  Con un tremendo acierto en el ritmo y formas de plasmar los hechos se recurren a visiones pasadas por cada uno de los participantes del juego, cosa que los árbitros también pueden ver y ayuda para el veredicto final, así llegamos a conocer los problemas, frustraciones y la magnitud de los pesares en la pasada vida del fallecido, además de estar siempre al pendiente de cualquier salvajada dicha durante su estancia en el bar, además de mostrar cómo murieron.

Madhouse se las arregla muy bien para mantenerte enganchado, los episodios pasan volando a pesar de tener pocas variaciones de esquema en toda la temporada, pero joder, no resulta para nada monótono, manteniéndose uno siempre a la espera de un giro argumental brutal que te haga ver el estado de los personajes de una forma muy diferente al de un principio, no será raro pasar de la compasión a realmente querer matarlos –de nuevo- a ciertos personajes y siempre quedan ganas de saber quiénes serán los siguiente en estar frente a la barra del bar con verdaderos culebrones bajo el brazo… hay, el bendito morbo.

¿Y qué pasa con los árbitros y demás elenco, se supone son los principales no? Bueno pues…son ciertamente carismáticos pero les faltó poder desenvolverse más, cosa muy complicada en un anime de 12 capítulos con una pasarela bastante nutrida y constante de toda clase de pintorescos individuos; es de hecho uno de los fallos que no dejan a Death Parade llegar a ser considerada una serie redonda en todo, teniendo en cuenta que el resultado aun así es muy, pero muy bueno. La amnésica Kurokami llega al inframundo sin recordad absolutamente nada y es víctima de extraños sueños que intuye tendrá alguna relación con ella, si eres de aquellos que desde el primer momento muestra un interés por toda el aura misteriosa y confusa de este personaje puedes seguir viéndola tranquilo, al ser uno de los problemas principales de la serie deja muy bien cerrado este punto… pero no sucede lo mismo con otras cosas, no pocos cabos sueltos dejó Death Parade.



Así como Kurakami es el eje central en cierto modo se le trata de dar importancia a otros personajes como Nona, la encargada de supervisar el trabajo o Guinti, otro arbitro pero como bien dije 12 episodios no son suficientes y más si las almas que llegan al inframundo se comen mucho del tiempo, así se nos deja con muchas dudas sobre el devenir de ciertos personajes que empaña un poco el resultado general pues unos aparecen escasos minutos y tienen pinta de contar con un potencial brutal, lástima. También me queda cierto gusto amargo si volvemos con los juzgados, si los personajes tienen poco tiempo para brillar ni les digo sobre estos, que aparecen apenas 15 minutos en toda la serie, no significa que al final sea una mediocridad, como bien he mencionado antes, me ha enganchado cosa mala y el poco tiempo que tienen lo saben utilizar bien. Y regresando con los principales mención especial a Decim, el árbitro que aspecto sobrio y misterioso de carácter muy singular de una importancia tremenda para la trama ya no
sólo por las intervenciones de tan tremendo peso respecto al inframundo, también por las dudas que levanta y por ser el foco de atención con vueltas de tuerca interesantes.

Aun con el tiempo muy justo y el pobre desarrollo de muchos personajes junto a los cabos sueltos que dejan al final Death Parade nunca pierde la intensidad y se muestra como un anime triste y oscuro instando a la reflexión, como previamente les he dicho ya,  pero a pesar de su carácter crudo no llega a cotas insoportables de mal rollismo emocional psicológico y los constantes giros, subidas o bajadas a pesar de ser potentes cuidan no ser desproporcionadas o estúpidamente impredecibles, vamos, muchas cosas nos dan indicios de que pasó implícitamente si vemos las cosas con retrospectiva… no pasa que el malo es bueno y el bueno es malo por obra de un mago. También es cierto que la comedia se usa para quitarle el hierro y se inserta bastante bien, siendo el humor manejado también negro no genera incomodidad o discordancia a lo que se maneja, al contrario, se agradece y ofrece algunos puntazos memorables.


 
Y tampoco nos podemos olvidar del contexto, del lugar donde ocurre todo y la importancia que tiene para en anime. De hecho gran parte de las palmas se lo lleva el rico universo que Madhouse nos ofrece y si bien tampoco se llega a profundizar tanto como hubiera gustado si deja la sensación de estar ante algo muy grande y basto. Aquí estoy metiendo las diferentes secciones del inframundo y para que están asignadas, como estas están hasta el tope de trabajo mientras todos se extrañan el aumento significativo de muertos por hora en la tierra, a sabiendas que toda alma tiene que ser juzgada no me imagino la cantidad de historias posibles ya no solo en el contexto de los juicios, de los árbitros y participantes sino de todo lo que pasa en el mismo inframundo, se dan buenos indicios de cómo están las tornas por algunos diálogos entre personajes importantes, pero lo de siempre, nos quedamos con las ganas de sumergirnos más en este mundo.

Me cago en tu puta madre Madhouse, ofreciendo siempre universos con posibilidades abrumadoras quedando desaprovechadas a pesar de tener material para varias temporadas, pasó con No Game No Life y pienso que pasará lo mismo con Death Parade, espero equivocarme en ambas pues las jodidas series apuntaban a un desarrollo mucho más extenso.

La animación es un portento… como casi todo lo que Madhouse toca, y eso que para el trabajo contaban con un presupuesto bastante ajustado según tengo entendido, de ahí que gran parte de la trama transcurra en los mismos 3 o 4 escenarios de siempre y repitiendo los mismos planos para economizar, supongo, aun así el resultado es estupendo, todo tiene ese toque elegante, sobrio y bohemio con tonos oscuros y con un abanico de colores fríos que evitan resaltar en exceso con objetos muy brillantes, cosas que en lo particular me pueden vender una obra sin importar el resto de apartados, además de que este estilo artístico nunca me defrauda, ahí tenemos Baccano! Como uno de las series obligadas para todo el puto mundo.

Entonces sí, se nota que existieron las carencias pero lo mucho o poco hecho es sobresaliente e inclusive obliga al estudio a buscar y rebuscar planos y ángulos espectaculares para no perder la atención del espectador y el ambiente al fin y al cabo obtiene un toque íntimo donde realmente se agradece que la acción transcurra en la misma barra de bar, como si fuéramos clientes frecuentes, espectadores perpetuos y demás chorradas que pondría aquí para rellenar el texto a pesar que desde hace tres frases quedó bastante claro que quiero decir y nomás estamos metiendo paja a lo bestia…pero qué diablos es mi blog y me lo cojo como quiero, ya saben.


 
Hablando de dinamismo pues… lo tiene pero vamos a toparnos con un caso especial, sí, tenemos unas animaciones muy fluidas y bonitas, en especial en el tema de apertura que seguro se chupó el 60% del presupuesto pues en ese minuto y medio vamos a ver más movimiento que en el resto del capítulo fijo… ¡JA! Claro que exagero, pero tampoco negaré que se ve a simple vista el ya mentado reciclaje de escenarios y la presencia de algunas escenas donde apenas se mueve algo. Con esto no quiero agüitar a nadie, tampoco la cosa va a menos revoluciones que una roca dando vueltas en el océano a ras de arena pero si eres fan del dinamismo desmesurado y gustas del frenetismo equiparable al de una gelatina moviéndose en un terremoto igual puedes llevarte una pequeña decepción. Lo anterior dicho también aplica para quienes buscan acción… en la serie prácticamente no existen las peleas, claro por algún episodio recuerdo un amago de simulacro de intento de bronca con habilidades sobrenaturales pero eso significaría, si nos ceñimos a la lógica un poco, la destrucción del escenario y no estamos para hacer nuevos fondos en Madhouse.

Pero cuando la situación lo amerita Death Parade nos deslumbra con un buen puñado de escenas de gran manufactura, en realidad no me sentiría bien si les destripara algunas de estas escenas, es algo que el espectador merece ver sin que alguien más se lo cuente previamente o le enseñe escenas sueltas, créanme, es digno de verse… tanto como un delicado ángel patinando sobre el hielo.


Sobre la banda sonora es de lo que menos recuerdo la verdad, si ya de por sí se veo mermada la realización de los demás apartados pero en este de plano no recuerdo algún tema memorable… pero a chingar su madre, pongo la canción de apertura y ya vale la pena la mención:


 

TOTAL: 8

¿Recomiendo ver el anime? Joder sí, sí y sí, me ha parecido de lo mejor que he visto últimamente y apunta a ser una de las series más memorables del año, una producción muy bien apañada en lo técnico con un ritmo que engancha como pocas cosas en esta vida pero lastrado por la poca cantidad de tiempo ante tantísimo personaje interesante, sucesos varios y en general un universo que puede ser muy bien aprovechado si más adelante se decide sacar una secuela directa o explorar otros derroteros alternativos.

Y bien, eso fue todo por hoy, queridos… las vacaciones no hacen más que comenzar y dentro de algunos días estaré de nuevo para ofrecerles la nueva reseña, sólo adelanto que se viene una sabrosa polémica pues vamos a tocar un peso pesado para muchos fanáticos del mundillo, este caso es especial, en mi antiguo Blog valoré la valoré muy bien y no esperen ahora lo mismo…



… vamos, pienso que me divertiré muchísimo.

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